Venimos arrastrando un estado de irritabilidad máxima. Protestamos por todo. Criticamos cualquier decisión sin construir o aportar soluciones. Queremos una cosa y todo lo contrario. Gruñimos cada vez que las cosas no ocurren como nosotros deseamos. Estamos instalados en un malhumor continuo que nos impide ver todo lo que tenemos, lo que hemos sido capaces de construir, de alcanzar a nuestro alrededor. Sé que la vida no es de color de rosa, consiste en resolver, o no, los obstáculos del camino pero que nunca consigan impedirnos el seguir. También se que el conformismo no lleva a ninguna parte, no conduce a nuestras metas pero la actitud negativa ante todo, tampoco.
Sentémonos juntos, hablemos, dialoguemos abiertos de mente y corazón, debatamos desde el conocimiento profundo de las cosas. Dediquémonos tiempo a nosotros y a los nuestros, disponemos de poco y por eso es nuestro mejor regalo, riamos, riamos mucho. Construyamos nuestros momentos, almacenemos sensaciones, experiencias. Guardemos en un rincón de nuestro ser aquellos instantes plenos que nos acompañaran siempre, con ellos el transcurrir será mucho más llevadero e incluso nos conducirá a ese estado que algunos dicen es la felicidad. Os deseo miles de esos momentos.
CUADRO "La alegría de vivir" Matisse
